Esta es una gran banda que persistió en el tiempo por sólo cinco años, y dejó un rastro puntual e histórico en la música, para que luego sean considerados como banda de culto, y una verdadera ejemplificación de talento y creatividad.
Lograron permanecer hasta el día de hoy en la musicoteca de muchos, e incitaron a que Morrissey y Jhony Marr luego sean dos de los más importantes e influyentes músicos para muchas bandas. El primero con una exitosa carrera como solista y el segundo participando en bandas como New Order y Pet Shop Boys.
Los The Simths, quienes marcaron ese periodo dentro de lo que fue llamado el Rock Alternativo, debido a su mezcla de géneros como el Indie Rock, Pop, Post Punk, New Wave y College Rock, dispusieron cinco discos, los cuales todos son buenos, pero este tiene algo muy particular. Strangeways, Here We Come es su último disco de estudio y fue lanzado en septiembre de 1987. Es una placa muy alentadora, con melodías dulces, y ritmos típicos de la banda, pero que lo hacen muy especial a diferencia de los demás: es el menos popular de todos, por lo tanto conserva su calidad.
El álbum empieza con “A Rush and A Push And The Land is Ours”, que con un eco de Morrissey más una batería en suspenso, anuncia la llegada de maravillosas melodías y mucho órgano condimentando la canción. Las más conocidas son “Girlfriend In A Coma” y “Stop Me If you Think You´ve Heard This One Before”, lo cual es entendible, ya que son las más pegadizas, por así decirlo. Otras tienen tintes románticos, como en “I Won´t Share You”; cinco minutos de tristeza en “Last Night I Dreamt That Somebody Loved Me”; y una suma de alegría e inspiración que produce sensaciones de todo tipo (menos violencia), dentro de la ternura, la soledad y el amor. Sonidos interesantes y llevaderos, que saben introducirse dentro del alma de uno y letras inteligentes con pura poesía.
En definitiva, estos diez temas hicieron que sea el disco preferido por todos los ex The Smiths, quienes confesaron que fue su mejor trabajo, a pesar de que las críticas especializadas no le hayan dado demasiada importancia en su momento y que recién en 1990 sea catalogado como disco de oro.
Marina Miguel
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