lunes, 15 de noviembre de 2010

No necesitamos educación: no necesitamos “ese” tipo de educación



The Wall no sólo marcó un punto en el tiempo de la música, lo marcó en un ideal político, en la dificultad de estar rodeado de fama y drogas, en el cine, en el arte, en todos los fanáticos de Pink Floyd, y por qué no, en los que sólo se acercaron a ese disco sin conocer lo otro.
The Wall es “The Wall”, puede ser o no el preferido de muchos, pero que revolucionó en cierto modo, no cabe ninguna duda.
Lobo suelto esta vez, repasa la historia de este disco y además, te recuerda que dentro de muy poco tiempo, “The Wall” se podrá ver muy cerca nuestro, de la mano de su creador, Roger Waters.

Es un decir “revolución”, la palabra es un poco más fuerte. Pero que hizo reflexionar a millones de personas, no hay duda. Sobre todo por la paz, el amor y la superación de la neurosis o los complejos, de todo tipo, aunque en este caso, el de edipo. Esto de la paz y el amor no sólo es un discurso hippie, es la realidad. Todo se funda en la paz, el amor; el superarse a uno mismo, con todo lo que eso implica, sin caer en la sobervia. Tarea muy difícil.
The Wall es algo que va más allá de la música... Si claro, es un disco, pero también fue una película, que relató una vida, verdades y contextos históricos. Música y palabras más que importantes para analizar. No fue sólo un cantito en contra de todo, fue una protesta al todo: al sistema capitalista, la mala educación, a la violencia, la hipocresía, la sobervia, la mentira, a la fama del músico rockero, las debilidades y virtudes, las traiciones, la deslealtad y en definitiva: a la humanidad. Lástima que un porcentaje mínimo lo entendió, o todos lo entendieron pero nunca lo aplicaron, o hicieron la típica de ponerse la remera por que es “Pink Floyd” y caretearla “es la que va.” “Soy Rockero fan de Pink Floyd”, me cruzo en la esquina y me cago a trompadas con el primero que me dice algo que no me gusta... ¿Y el amor? Tampoco es por ser valiente, pero hace décadas que este tipo de mensajes salen a la luz en miles de formatos y muy pocos le dan bola.
Pero hablemos de The Wall, no del público, aunque sea un poco impresindible hacerlo, porque el verdadero significado de esa enorme pared que tapaba a la banda mientras tocaba, y que iba creciendo ladrillo por ladrillo hasta acabar el show, fue nada más y nada menos que para taparse del público, ya que Waters tuvo un cruze con un hombre al que escupió en la cara, en una gira con el disco Animals. Y así fue que Roger empezó a pensar con resentimiento o inferioridad (ya lo hacía), pero ese resentimiento humano que te genera pensar a la humanidad y no comprenderla, o resindirse a pensar en que no podés con ella, o que no podía consigo mismo.
Pero a Pink Floyd lo que le interesaba era el arte: que se vea, se escuche y se sienta la música con el todo; la escenografía enorme que siempre tenían sus shows, las luces, su música progresiva espacial, y no la “choluleada” típica de adorar y alabar a un músico. Pero después, esa gran pared se derrumbaba, y todos vuelven a formar parte del todo: un ser humano más que después de haber pasado tantos momentos críticos, vuelve a incertarse en la sociedad y a ser parte de ella.

Otro ladrillo en la pared

Esta disco de culto, lanzado en el año 1979, es considerado también un análisis psicológico del ser humano, en este caso, con una mezcla de la vida real de Roger Waters y un personaje creado artísticamente, llamado “Pink”.
Por un lado, en su etapa de niño, con la pérdida de su padre muerto en la Segunda Guerra mundial, la crianza de su madre que lo sobreprotegía y la mala educación de aquellas épocas, en las que gobernaba el autoritarísmo, muy difícil de despojar, ya que la sugestión que implica el ser profesor, tiene una carga de poder que era transmitida de mala forma hacia los alumnos (con violencia), es por eso que el grito en esta canción es “We don't need no education”, refiriendose a que ese tipo de educación no es la que se necesita, sino una fundada en la enseñanza del saber, digamos... con amor, simplificando el análisis.
La otra etapa, la de adulto, muestra el amor con una mujer que lo dejó por la oscuridad por la que estaba pasando “Pink” con las drogas, la fama del músico, todo lo que lo rodeaba, los complejos y la neurósis autodestructiva.
En un intento de suicidio, Pink alucina con que es un dictador facista (en oposición a lo que él era en la realidad... todo lo contrario), y esto lo lleva a la locura demencial. Luego de todos estos pasajes realmente locos, Pink derriba el muro y vuelve a compenetrarse con la sociedad.
Esto no está reflejado solamente en el disco, sino también en la película, con un “poco” más de agregados y relátos en imágenes facinantes, creadas por Alan Parker, director de la misma, y un papel interpretado de manera epectacular por el músico Bob Geldof.

30 Años después

Roger Waters hace unos años salió de gira con otro de sus históricos discos, The Dark Side Of The Moon. Esta vez, luego de 30 años de la publicación de The Wall, Waters se encuentra de gira con este disco y su gran producción escenográfica, que en aquel entonces, cuando Pink Floyd todavía tenía a todos sus integrantes juntos, salvo que a Nick Mason lo contrataron para salir de gira, porque había sido despedido de la banda, debido a roces que tenía con Waters, toda esa gran producción escenográfica trajo consigo problemas económicos, de los cuales, el único que obtuvo rédito monetario fue (paradógicamente), Nick Mason. Es por eso que esa gira solamente recorrió, entre 1980 y 1981cuatro ciudades: New York, Los Ángeles, Lóndres y Dortmound.
Ahora, Waters recorre el mundo con este espectáculo, y ya está anunciado que en una de las ciudades en las que se va a presentar, David Gilmour cantará y tocará en la bellisima canción “Confortably Numb”. Aunque aún no se sabe exactamente, en cual ciudad va a estar; sorpresa.
Y este show ya fue noticia: comunidades religiosas, precisamente judías, lo acusaron a Roger Waters de Antisemita, debido a unas proyecciones que aparecen durante la canción Good Bye Blue Sky, de diferentes símbolos cargados de significados, entre ellos, la militancia de Waters en contra de las políticas israelítas en cuanto a sus guerras con palestina.
Entre esos símbolos está la estrella judía, la hoz y la estrella del comunismo, la cruz católica y los logos de multinacionales como Shell y Mercedes Benz.
Waters salió a defenderse por medio de una carta publicada en un diario británico, diciendo: “Si no respondo, la gente va a terminar creyendo que soy antisemita, y no lo soy. Nada podría estar más lejos de la verdad”, y agregó “Son imágenes representativas de intereses comerciales, nacionales y religiosos, todos los cuales tienen una maléfica influencia en nuestras vidas e impiden que nos tratemos bien unos a otros”.
Pero hay más, Roger sigue diciendo:“Contrariamente a lo expresado por el señor Foxman, (Nota D.R: miembro de la asociación antisemita que lo acusó) en el video en cuestión no hay significados ocultos en orden o en yuxtaposición de esos símbolos. Lo que estoy tratando de decir en la canción es que el bombardeo al que estamos sujetos por conflictos de ideologías religiosas, políticas y económicas sólo nos anima a enfrentarnos unos contra otros y a llorar la pérdida concomitante de la vida”.
Ninguna palabra más, a pensar y repensar, que lo único que nos une es la paz, esa paz interna que miles de personas difundieron y a pesar de todo, parece que la demencia y la violencia tuviera el ranking número uno en ventas.

Por Marina Miguel
Para Lobo Suelto

No hay comentarios.:

Publicar un comentario