martes, 13 de julio de 2010

Satchmo: la magia en la voz y una trompeta



Louis Armstrong fue sin duda, una de las figuras más populares del Jazz. Un músico tan talentoso, que lograba introducir su voz gruesa y endulzante en el alma de las personas, de una manera incomparable. Y que además, su forma de tocar la trompeta era única en su especie.
Por todo esto, no nos queda otra opción que homenajear los casi cuarenta años de su muerte, en un repaso por su vida, con la misma magia que él supo transmitir.
A parte de lograr que su música sea respetada por todos los amantes del jazz, utilizada en centenares de películas romanticonas, y ser uno de los más populares artistas de este género (creo que vienen a la par con Frank Sinatra, aunque Louis sea más viejo y pura influencia de éste, decir Sinatra es casi como nombrar a Maradona. Claro que para los que no conocen mucho de la música jazz… se entiende), el negro tenía una sonrisa de oreja a oreja en todos los videos que quedaron en la memoria, y en sus canciones, la energía positiva que inspira es inigualable. Louis era un genio.
Satchmo era su apodo, o Satch, que es un tipo de abreviatura de la palabra Satchlmouth, que quiere decir “boca de bolsa”. No hace falta pensar mucho el por qué, ya que con sólo ver una foto de su cara, se puede ver la forma de su boca, y como hacía sonar la trompeta. Inflaba tanto la boca, que le quedaba una pequeña bolsita por debajo de su labio, y fue este gesto el que logró que sea su gran apodo. Sin ir más lejos, su película biográfica se llama así: “Satchmo”, realizada en el año 2000.
Es tanta la importancia que dejó Louis en la historia de la música estadounidense, que en Nueva Orleans (lugar en el que un 4 de julio de 1901 él nacería), el principal aeropuerto de la ciudad, se llama Aeropuerto Internacional Louis Armstrong, y con mucha honra.
Es cuestionable pensar si esa felicidad, carisma, alegría y melodías tan atrapantes, estarían, de algún modo, relacionadas con el frecuente consumo de marihuana que Louis tenía. Pero también consumía laxantes… todo porque se ocupaba de su salud y el uso de los laxantes “Pluto Water”, le hacían bien. Así que tenemos varias opciones: para ser feliz como Louis, consumimos marihuana, o laxantes, y si no una equilibrada combinación de las dos. Ahora, hay que tener cautela, talento y demasiada paciencia para que nos salga la misma música que a él, aunque por lo menos la felicidad, la vamos a alcanzar de muchas maneras más.

Lo importante es su música

Como es habitual en la vida de los músicos norteamericanos, en especial los afro-americanos, sus raíces vienen de familias muy pobres, padres ausentes, y todas aquellas desgracias que se desenlazan en éxitos rotundos. Este es el caso de Louis, quien no tenía familia de músicos, pero que se empezó a interesar por ésta, escuchando a las bandas del ambiente de su ciudad.
Cuando aprende a tocar la corneta, en un reformatorio para chicos abandonados (era medio delincuente de chiquito, pero sin mayor gravedad, travesuras del tipo romper un vidrio de un negocio), el director de la institución, le sugiere que toque la trompeta.
Y en el camino se tropieza con Joe King Oliver, otro gran músico y fuerte personaje en la vida de Satchmo, que lo introdujo en la que sería su primera banda “Creole Jazz Band”, un grupo de swing muy importante, y fue justo en estos momentos, cuando Armstrong comenzaba a hacerse ver.
Su inmenso talento le exigía una carrera como solista, entonces, uno de los mejores directores de orquesta, llamado Fletcher Henderson, le propone unirse a su grupo, llamado igual que su nombre, que fue la primer banda afro americana del momento.
Por el año 1925, Louis crea dos formaciones llamadas Hot Five y Hot Seven que fueron, realmente, más que exitosas y aclamadas por el público. Ambas lograron cosas históricas, dentro de la generación jazzera.
Y al tipo le pintaba hablar de cosas graciosas, y usar palabras con doble sentido. Por esto, sus canciones tienen una fuerte apología al consumo de marihuana, como por ejemplo, en “West End Blues”, “Potato Head Blues” y “Muggles”.
Otras de las actitudes, que marcaban su personalidad musical, eran la forma de cantar melódicamente y además, ese típico “saba duda-ba- duda-ba- duda -biru –bira”, que muchos de nosotros escuchamos en otras interpretaciones; en Louis eran habituales. Este estilo improvisado, se llama scatting, y lo llevaron de un salto a la fama, solo por ese sin sentido y la gracia que lograba generar.
Para que tengamos una idea de lo que significó Louis Amstrong en la historia de la música, y el por qué su nombre está incluido en el paseo de la fama de Hollywood y en el salón de la fama del rock and roll por ser temprana influencia de muchos de los rockeros que hoy escuchamos, su éxito logró el puesto número uno con “Hello Dolly”, desplazando nada más ni nada menos que los Beatles.

La grandeza de ser una estrella

Aunque la muerte sea algo triste, la ventaja de todo músico es dejar en el mundo terrenal, todas las obras que lo acercan al corazón de cada persona que los admira. Y, precisamente, la voz de Louis, tiene la especialidad de alegrar y motivar un día.
En el año 1959, Armstrong sufre un ataque al corazón, en medio de un espectáculo. Pudo continuar con la música, pero lo llevó a preocuparse por el estado de su salud. Hasta que el 6 de julio de 1971, muere mientras dormía.
Toda la escena sintió el dolor de perder, al tipo que cantaba y tocaba de manera única, que compartió canciones y discos enteros con Ella Fitzgerald, Duke Ellington, Jimmie Rodgers y Bing Crosby. Que habló de un mundo maravilloso, en el que el cielo era azul y también las rosas rojas…

Marina Miguel


No hay comentarios.:

Publicar un comentario