viernes, 16 de noviembre de 2012

Te doy la PAZ





Diálogo con una Argentina en Israel

El conflicto en Medio Oriente se agrava cada día más. Ayer comenzaban a circular imágenes a favor de Palestina en las Redes Sociales, también a favor del Estado de Israel. Aún no entendía qué pasaba en profundidad, hasta que comencé a leer uno a uno los cables de información que circulaban en los distintos medios.




Es muy simple desde Argentina opinar sobre lo que pasa, más aún cuando uno nunca vivió en estado de Alerta por bombas, guerras, etc. Más aún en una Argentina con Democracia plena, en donde el conflicto pareciera no tener que ver con armas, pero sí con ideologías, que muchas veces, comparando, rozan lo banal.

Vivir en Guerra me suena a terror, supera mi pensamiento. Aunque suene inocente, no puedo ponerme de ningún lado, solamente del lado de la paz y del pueblo Palestino e Israelí que sufre las consecuencias de los delirios políticos-religiosos de líderes de un bando y de otro que hablan en nombre “del amor y de Dios”... Sin estar tan interiorizada en el tema, no comparto nada con los líderes de Hamas, mucho menos con el Gobierno de Israel que alimenta el hambre de guerra de la OTAN.

Hoy recuerdo a Gali, una chica de origen judío, que nació en Buenos Aires, con la que una vez hicimos un viaje juntas de mochilera, hace bastantes años, y no perdimos el rastro pero sí el diálogo, hasta que recordé que Gali estaba en Israel, y quise saber de ella; preguntarle cómo son sus días, cómo es la vida en estos momentos. Y sobre todas las cosas, que me explique y me aclare, desde su lugar de ciudadana, cómo es vivir en conflicto permanentemente.

La noto arriesgada, hace seis meses que vive allá. Por más que tenga la oportunidad de volverse, sostiene que se quiere quedar porque en Tel Aviv el riesgo no es tan grande, y porque en Buenos Aires no se siente “segura”. No quise pormenorizar en ese tema, sólo le dije que aunque vivir en la ciudad porteña suele ser complicado, Argentina tiene miles de lugares tranquilos, sin alarmas ni bombas continúas. Pero no era mi objetivo hablar de política argentina, ni me convence la idea de pensar en que su planteo tiene que ver con la seguridad en términos de robos, sino con algo más cultural e intimo.

Gali me contestó rápido, me escribió un largo mail cargado de información, links con posturas determinadas, videos y por sobre todas las cosas, me transmitió una necesidad por aclarar muchas cosas que ella ve desde ese lugar. No podía creer que me dijera que tenía “suerte”, porque tiene más de 15 segundos para irse al refugio, ya que en el sur del país cuentan con ese tiempo para salvarse de los misiles.

Gali aclara que la situación es distinta según en qué parte del país vivas: “En el centro del país -donde yo vivo- tenés 90 segundos para ir al refugio. No lo suficiente como para ir a un refugio barrial (el más cercano está a 10 minutos de mi edificio), pero lo suficiente como para apagar el fuego si estás cocinando, salir de la casa e ir a las escaleras, que por ser de hormigón armado, es más seguro. También algunas casas tienen lo que se llama “Mamad” o refugios, que son cuartos con materiales más resistentes a derrumbes. Hasta ahora sonó dos veces la alarma en Tel Aviv (antes de esta nota), pero la vida continúa. Ayer, por ejemplo, después de la caída de los misiles, me fui a bailar swing a un centro cultural donde hay “Miklat” o “Mamad”, ya que en mi propio edificio no hay, de alguna forma, era más seguro estar ahí. Y es ridículo...”.

Además de contarme que trata de llevar una vida tranquila y normal, ante tanta paranoia, notaba en sus comentarios la ansiedad que se siente en un momento como ese, tratando de contarme todo lo que más podía, buscando, de algún modo, darme a conocer otra cara de la realidad, si se quiere, ajena a lo que se cuenta desde los Medios de Comunicación, que ella misma reconoce que desvirtúan constantemente ambos bandos.

“Por otro lado, la gente del sur la está pasando muy mal. Todo el sur de Israel está en alerta roja. Prendo la radio para escuchar las sirenas que suenan alertando a los ciudadanos, y casi no se pueden escuchar las noticias por la constancia de misiles que alertan uno tras de otro. Y ellos tienen solo 15 SEGUNDOS para entrar a sus refugios. Todo ese sector de la población está permanentemente en sus refugios en este momento, y seguramente con mucha preocupación, paranoia y miedo. No es algo constante, pero la gente sigue entrando en pánico cada vez y con razón”, me cuenta. “Es un ataque sin parar en los últimos años. No sólo en estos días, que son imposibles de vivir, sino que durante todo el año, sin que se publicara en las noticias, ni hubiera reacción de Israel, fueron lanzados misiles desde Gaza. Imaginate estar llevando un día cualquiera del año a tu hijo al Jardín de Infantes y que suene la alarma... 15 SEGUNDOS para salir del auto (a quién le importa sacar siquiera la llave del auto!) e ir corriendo a cualquier lugar que parezca mejor protegido”.

Para describirme cómo se viven esos 15 segundos me mostró un video que cuando lo miro no dejo de comparar mi presente con el de esas personas: yo acá queriendo ponerme en el lugar de ellos, escribiendo desde lo simple. Ellos esperando que suene la alarma y correr. 15 segundos

“Esta situación es insostenible”, me repite varias veces, y reflexiona que ella “dentro de todo”, teniendo misiles a pocos kilómetros, lo puede tomar con calma, pero sus amigos y conocidos del sur, no. “Estar tranquilo y tomarse las cosas con humor, no quita que cayeron misiles no muy lejanos de acá, y que hay un factor de riesgo no menor”, me dice.

“Lo que me gustaría destacar es que esta situación no es nueva, sino que la gente intenta vivir sus vidas lo más “normal” posible. Y que esta situación en los últimos 6 días fue agravada con ataques constantes y consecutivos por parte de Hamas. Es realmente una experiencia, aún sin entender hebreo, intentar escuchar la radio en este momento, que se ve interrumpida con anuncios de alertas en las diferentes ciudades: sólo durante la redacción de este e-mail cayeron más de 30 misiles”, cuenta Gali, y yo pienso en esas alarmas y relaciono con varios argentinos que se quejan de los anuncios por Cadena Nacional.

Lo claro es que por ahora la alerta roja es en el sur de Israel. Todas las actividades educativas y comunitarias (Incluso los servicios de duelo), fueron suspendidos, y la gente lleva días enteros sin salir de los refugios. Pero todo esto es contado por una persona de origen Israelí. Hoy no está a mi alcance una persona que me pueda contar su relato desde el lado Palestino, pero lo voy a buscar y voy a escucharlo al igual que lo hice con Gali. Obviando todo tinte político, pensando y deseándole la Paz a cada población, una vez más, sujeta a delirios de grandeza, por más inocente que suene.

Como le dije a ella, es muy fácil pedirle que se cuide, cuando yo estoy tomando mate, leyendo lo que me cuenta, horrorizándome. Pero mi intención era buscar una opinión desde su lugar, y aparte, conocer más sobre la situación, considerando que pueda llegar a afectar la paz mundial. La historia muestra cómo después de fuertes crisis económicas se llevaron a cabo las guerras mundiales más terribles del planeta. Y hoy, después de años y años de reflexiones, siento que todo esto es un paso a una tercera guerra mundial. Quizás es una postura alarmista y las condiciones no están dadas, pero nada es casual, mucho menos en política.

Gali se siente en una posición de izquierda, y me aclara “aunque no parezca”. Me cuenta que está a favor de dar territorios, y no a la guerra “sí a un estado Palestino, sí a Jerusalem como Capital compartida”, aunque “no parezca”, me aclara.

Gali es de origen Judio, y su familia es practicante de la religión. “Pero me saca que afuera parezca como que acá no pasa nada, y la gente no sufre, y que Israel es un gigante pisando a una hormiguita, cuando no es así”. Yo intento interceder recordándole que Estados Unidos está detrás de todo esto, y no son los buenos de la película, pero ella insiste con que no es un problema nuevo “es desde la partición que hicieron los Británicos, que Israel aceptó y la Liga árabe no, y cuando Israel se declaró como Estado estalló la primer guerra... y nunca paró. Siempre el Ejército de Israel cuando atacó fue un contraataque, y no solo eso, sino que devolvió los territorios ganados en la Guerra de 1967, y encima la gente vive con misiles todo el año, se tiene que bancar al mundo señalándolo, tildándolo, juzgándolo, y me da mucha bronca, porque la PAZ no es posible sin una presión de las Naciones Unidas, y las Naciones Unidas sólo hace presión cuando Israel contraataca, nunca toma medidas con respecto a la situación de los ciudadanos de Israel”. Explicación que a mi no me termina de cerrar, como no me cerraría la de un Islamita. No puedo dejar de pensar en conspiraciones detrás de todo esto, de las cuales, las únicas víctimas son los pueblos... como siempre.

Vuelvo a recordarle a Gali que Estados Unidos vive de las guerras, le pregunto que piensa  sobre eso y reconoce la gran influencia que tiene el país “porque ayuda económicamente, pero por sobre todo respalda políticamente a Israel. Estados Unidos es un hermano interesado que lo único que le importa es el petróleo, así que en gran parte es verdad, pero a Israel no le importa el petróleo, a Israel le importa vivir en paz, tranquilos, sin cohetes. Y Jerusalem. Pero por sobre todo le importa que lo reconozcan como Estado, cosa que la Liga Árabe no hace, y somete a muchas decisiones (aunque a veces a desobedecido), de USA por las Naciones Unidas”.

-Gali: Se me rompe el alma por los palestinos, porque los palestinos no son malos Marinette. Tienen unos gobernantes de mierda.
-Yo: Si, esa religión... ese extremismo, es cruel, es terrible, son cuestiones que en lo personal me superan mentalmente, que no puedo entender.
-Gali: Pensá que Egipto no los quiso cuando Israel ofreció el territorio de Gaza, ningún estado de la Liga Árabe lo quiso aceptar. Los usan como lucha para aniquilar a Israel, lo usan como escudo humano! La mayoría de los depósitos de armas están dentro de escuelas o cerca de hospitales, son unos cínicos.
-Yo: ¿Te querés volver o vas a Resistir?
-Gali: Y no, no voy a ir a un lugar donde no estoy segura. Por ahora me siento lo suficientemente segura en el centro del país. La situación preocupante es en el sur (…) si las cosas empiezan a ponerse densas, me voy a vivir a la casa de mis jefes. (Cuida los hijos de una Argentina y un Israelí).
- Yo: ¿Cómo son los refugios?
-Gali: Hay diferentes tipos de refugio, todas las casas nuevas, por ley, tienen que tener uno. Es ilegal construir distinto, pero la mayoría son construcciones de los años 60, como mi edificio. El de la casa de mis jefes es una puerta blindada sin llavear, y tiene paredes y una ventana especial. Hay otros que no tienen ventana. También hay máscaras de oxígeno, y en caso de necesidad, el Gobierno manda más y alimentos, sólo si se presenta una situación riesgosa.
-Yo: ¿No se te hace difícil defender a Israel?
-Gali: Hay otra realidad. Esto me lo dijo un panelista en el 2009, cuando vine a Israel a un viaje que se llamaba “diplomacia” o algo así. Tuvimos una mesa de panelistas, peleando y discutiendo entre ellos. Pero lo que mas me acuerdo es que uno nos contó que es muy difícil defender a Israel, aun siendo Pro Israel. Porque sólo con el transito de Israel, cuando te enterás que pasa algo, hasta que llegas al conflicto ya terminó, se contrata fotógrafos, y gente que documente imágenes, que estén viviendo dentro de Gaza, y se les paga. Después no podes contar una historia que no concuerde con la imagen, por eso hay una foto muy famosa que se ve a soldados israelíes apuntando a niños, pero después hay una más grande que arriba de un techo, detrás de los chicos, estaban los militantes palestinos. Es muy fuerte, pero es así, se comparan las imágenes y después se escribe la historia, y no al revés. Claro que me cuesta defender a Israel, porque no soy una experta en el tema, y aún así admito que se me escapan números y muchos datos, porque odio la política, y la política es super compleja. Me cuesta aceptar que no haya un Estado Palestino, por varias cuestiones, pero la verdad es que, a grandes rasgos, estoy más a favor que en contra ¿cómo lo manejaría cualquier otro país? Sería un desastre...

No me puedo poner en el lugar de Israel ni de Palestina, o la Liga Árabe. Si en el lugar de un humano. Tampoco se mucho del tema como para dar una opinión firme. Pero lo que veo y es claro, es que no aprendimos de la historia, y no ya como Argentinos, sino como humanidad, como sociedad. Los intereses económicos son muy fuertes, las vidas de civiles no importan. Pero así como nos suena a número el 120, dentro de eso hay 120 historias particulares como la de cualquiera de nosotros. ¿Tanto cuesta la paz? Esto recién empieza.

Marina Miguel 



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